domingo, 21 de marzo de 2010

Estosololoarreglamosentretodos.siclaro

Muchas caras conocidas, algunas, eso si, solo en su casa, se han unido en una persistente campaña para convencernos de que esto lo arreglamos entre todos. Esto. ¿Y que es esto?. Como mensaje publicitario tiene la cosa sus virtudes, pues la indefinición del asunto ejerce sobre el oyente, esta estudiado, una atracción mayor que si aquel fuera explicito.

La confianza y los aspectos psicológicos subjetivos son muy importantes en el funcionamiento del mercado. Esa clave, presente en la mayoría de acciones publicitarias, ha sido el elemento que ha manejado Jaime de Andrés, el responsable de publicidad corporativa de Telefónica, y a la sazón de este invento, para intentar redimir un ambiente desasosegante, pesimista y abandonado, que esta condicionando las decisiones presentes y futuras de los consumidores y, por tanto, condenando a las empresas al fracaso.
Las cosas son así, y ese es el motivo de que un amplio grupo de las mayores empresas del país (Telefónica, Iberia, El Corte Inglés, BBVA, Banco Santander, La Caixa, Caja Madrid, Repsol, Cepsa, Endesa, Iberdrola, Red Eléctrica, Mapfre, Renfe, Abertis, Mercadona o Indra) aglutinadas o justificadas por las cámaras de comercio, hayan lazando esta operación sonrisa profiden.
El voluntarismo no es malo, pero el simplismo si, y el engaño también. La venganza es mala consejera, pero ante situaciones como la que vive España la depuración de responsabilidades es muy necesaria. Mal se puede construir el futuro si previamente no le limpia el presente, depurando responsabilidades, erradicando indeseables y definiendo correctamente los elementos sociales y económicos imprescindibles para la convivencia común.
Ya de entrada se practicó una ambigüedad poco ética en cuanto a la autoria, para esconder que el mensaje partía de quienes no saben como convencernos para que les compremos. Con lo que la campaña, más que un ejercicio de catarsis social y llamada a la unión colectiva, es un mero ejercicio de marketing.
Un ejercicio que arranca de un planteamiento infantil, que pretende correr un entupido velo sobre la realidad. “Esto”, una indefinición para empezar, una manera de decir que no tenemos ni idea de lo que pasa, que carecemos de todo nivel de comprensión o, aun peor, que nos ha caído del cielo una maldición bíblica de la que no hemos podido sustraernos, o que queremos que la gente se olvide de quienes son los culpables, a los que, curiosamente, entregamos otra vez nuestra confianza para reparar el daño. Pero si sabemos quienes son los culpables y que nos pasa.
Me recuerda esto a esas gentes sencillas que aquejadas de una enfermedad, de las que injustamente se llaman vergonzantes, o que tienen un pariente en la cárcel, nunca se atreven a llamarlo por su nombre, aludiendo a ellos siempre con eufemismos o con rodeos. Atrevámonos a llamar a las cosas por su nombre, estamos al borde del abismo por el robo y la ineptitud.
Llegados a este punto, la campaña da un paso agresivo, un ultimátum que pretende alejar al todo social de toda otra solución, evadiendo a un más de su carga a los culpables.
“Solo”, no hay alternativas, lo que exponga el resto del mensaje es la única solución posible. Aprestamos con ello al oyente a recibir una fuerte descarga emocional. Si no haces caso a este mensaje, habremos perdido la última y solitaria salida al problema, o lo que sea “esto”. Y el único culpable serás tu, amable lector, ya lo dice la frase “entre todos”.Al llegar a “Entre todos”, hemos soltado todo el lastre en la sociedad. De un lado, esta parte del mensaje publicitario busca la socialización completa de las perdidas y las culpas, extrayendo estas de los verdaderos responsables del problema, en parte los firmantes de la campaña, los mismos que con su falta de moral han mantenido prácticas conducentes a la crisis actual, los mismos que han financiado y financian a las agrupaciones políticas y sindicales cómplices silentes o activos del paro y la recesión, las mismas que suman en el último año de crisis beneficios superiores a 50.000 millones de euros. Pero claro, es más fácil extender la culpa y llamar a concejo al pueblo, soltándole la mortaja, que dedicar ese beneficio a innovar e investigar, a cambiar el modelo económico y revertir en la sociedad lo que previamente se la roba. Es un concepto de la solidaridad y el trabajo en equipo curioso, aquel que parte de considerar que todos estamos unidos solo en la desgracia, nunca en el éxito y que, en estas circunstancias concretas, no es preciso replantearnos el modelo de producción y las relaciones económicas, solo consumir más y comprar más, entre todos, a aquellos que pagan el anuncio. Nada de reflexionar o racionalizar, usted compre, viva el impulso y el sentimentalismo, la visceralidad adolescente, que mañana Dios dirá.

No estoy en contra del esfuerzo colectivo, pero si es lastimoso este ejercicio de optimismo melifluo al que nos vemos sometidos de continuo, ese “Yes we can” vacuo y manipulador que se nos quiere vender, a la par que se mantiene el saqueo del país por quienes impunemente han llevado a miles de familias al abismo, y ahora permanecen embutidos en sus trajes y coronados en sus altos cargos en ministerios, patronales o ayuntamientos.

Quizá España no necesite tanto voluntarismo y tanto patriotismo, y si , además de medidas educativas y económicas muy concretas, una buena limpieza, y unos kilos de decencia.

1 comentario:

Kyra Dark dijo...

Ole, ole y ole!!!!
Que gracias a la empresa de uno de los "listos" que salen en el video, pasé yo una buena temporadita de baja en mi casa, seguida de un despido voluntario que me ha dejado sin cobrar un puto duro durante mucho tiempo.
Y ahora va a arreglar él la crisis!
De verdad, que alguien despierte a todo el mundo porque deben de estar dormidos o muertos para no darse cuenta de la manipulación a la que estamos sometidos diariamente por los medios!
Un saludo!!

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