domingo, 20 de noviembre de 2011

Los chicos de Goldman Sachs



Quizá no ha recibido tanta atención por parte de la prensa, como situación financiera, pero la llegada de la tecnocracia a los centros de decisión de la UE no es un hecho insignificante. Mario Monti y Lukas Papadimos son, desde hace días, los nuevos primeros ministros de Italia y Grecia, encargados de enormes responsabilidades, sin que hayan pasado por las urnas y sean el resultado de la voz del pueblo. No es el mismo caso, pero Mario Draghi, el flamante presidente del BCE resulta ser un gestor de perfiles parecidos.


Yo no creo que existan personas apolíticas. Individuos carentes de ideología y alejados de toda simpatía, relación y sometimiento (real o moral, total o parcial) a un grupo político o de presión. Más bien creo que los llamados tecnócratas, esos individuos de probada valía y méritos que ahora nos quieren vender, son personas cuyos sentimientos, ideologías y afinidades partidistas no conocemos, no han trascendido. Y esa opacidad es la que me parece peligrosa a la hora de decidir nuestro futuro y lo que afecta a nuestras vidas. De hecho, los nuevos dirigentes de Italia y Grecia presentan biografías que revelen un elevado protagonismo en la resolución de una crisis que ahora se aprestan a resolver. Bien conocido es el carácter caballeresco de Monti, que en sus años de comisario europeo de competencia y mercado interior se enfrentó a Microsoft, multándola por abuso de posición y frenando las intenciones de General Electric en su intento de compra de competidores europeos. Pasará tiempo hasta que sepamos cuanto de efectismo a los Robin Hood hubo en esas medidas y cuantas carencias en la regulación de los mercados, incluidas la falta de control de la intervención en estos de las administraciones públicas. Pero el super Mario que se enfrentó a esas multinacionales es el mismo, no lo olvidemos, que asesoraba a Coca-Cola (igual que el nuevo presidente del BCE Mario Draghi). De la misma forma que era asesor de uno de los pilares de nuestros males, Goldman Sachs (curioso, igual que Draghi).

Los tres, Draghi, Papadimos y Monti, han sido, además, miembros muy relevantes del equipo de gobierno del BCE. Una institución a la que, como recordaba Rodríguez Zapatero y otros ministros europeos esta semana, todos los europeos hemos cedido competencias y soberanía económica, para que no haga nada. Bueno eso no es exacto, si hace, servir a los intereses de Alemania, obsesionada porque el BCE se limite a controlar la inflación, haciendo de estorbo para que los bancos nacionales puedan tomar alguna iniciativa, si es que alguna vez se les hubiera ocurrido. No podemos cargar las tintas en el BCE, porque la actuación de los bancos nacionales han tenido actuaciones muy desafortunadas, y un ejemplo es el español con respecto al descontrol de las cajas. Pero lo que es indiscutible es que estos tres personajes han estado en la periferia, al menos, de los males, y en el centro de las soluciones. Pero su llegada al poder tiene otra cara más relevante, especialmente en el caso de Papadimos y muy especialmente de Monti. No han sido elegidos por nadie con soberanía. En ambos casos, especialmente en el italiano, la clase política se ha ofrecido a si misma un líder político no elegido que ella misma a ratificado.
En el caso de Monti, previo nombramiento a dedo por el presidente de la republica como senador vitalicio, para que fuera miembro del legislativo. Algo legal, pero muy poco ético. Suena como aquel triste suceso de la vida española de principios del XX, en el que acusados de corrupción y lesa humanidad en sus aventuras africanas, el general Primo de Rivera se hizo con el gobierno para taparse las vergüenzas y, ya de paso, evitar la caída de los partidos tradicionales, amenazados por una manera de indignados que ya no aguantaban más. ¿A que os suena de algo, comparado con la actualidad?.

En todo caso, se abren inquietantes preguntas en esta historia. Si Papadimos y Monti y sus ministros italianos son los mejores, si son profesionales de gran prestigio y capacidad, los mejores en su campo, ¿Por que no fueron elegidos antes, por que los gobiernos de esos países no recurrieron antes a esas figuras?. ¿Por que cuando fueron responsables del BCE no demostraron esa “reconocida” capacidad, para ayudar a evitar este desastre?. La respuesta de que la dirección política de un país debe estar en manos de los representantes del pueblo y la técnica en el más preparado no nos vale, en Italia el gobierno es totalmente apolítico, según dicen. Pero el último paso de esta lógica es más lamentable, que queremos decir ¿que para derrochar y meternos en problemas los gobernantes deben ser elegidos, y para sacarnos de ellos debemos renunciar a la democracia y elegir a dedo?. Ese era un planteamiento de las viejas sociedades de la Edad Antigua, que recurrían a tiranos y aristócratas cuando las cosas se ponían feas, pero se supone que estamos en otro estadio de nuestra evolución, y que un pueblo responsable y formado sabe elegir y que, además, tiene derecho a equivocarse, es nuestra vida.

Estamos metidos en una situación espinosa, en lo político, ¿que ocurrirá si estos gobiernos tecnocráticos y nacidos al margen de los partidos y las elecciones triunfan, sanean la economía y sientan las bases de un futuro próspero?. ¿Seguiremos entonces con gobiernos de ese estilo, o volveremos a elegir a nuestros torpes políticos?. ¿Debemos modificar nuestro sistema para una mayor regulación y control, de nuestras instituciones y políticos legítimamente elegidos?.Si nos quedamos con lo primero habremos enterrado nuestra democracia, pero si hacemos lo segundo ....



Imagen digitalpress

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