miércoles, 22 de septiembre de 2010

Los gritos del silencio



No es infrecuente que los políticos se metan en la blogosfera. Desde las diatribas diabólicas de Anasagasti, hasta la tierna opacidad de Maragall, los encargados de nuestras desdichas no cejan en encontrar medios para parecer modernos, demostrar a sus allegados su empatía y lograr troyanos capaces de meterse hasta la medula en nuestro corazoncito, que es el que decide el voto, y no el cerebro.

Uno de los últimos que he descubierto es el del presidente de Castilla La Mancha, José María Barreda, que en un programa de Radio Nacional hablaba de él este fin de semana. El título es lo que más me ha gustado “El blog transparente”. Toda una ironía tratándose de un político. ¿Transparente?, un imposible en realidad, sabiendo como sabemos que la mayoría no serian capaces de decir la verdad ni sometidos a tormento por la inquisición. Pero lo más desconcertante de este grupo social es su capacidad de trasmutar su personalidad cuando se encuentran ante los medios de comunicación, que se han convertido, con el pasar del tiempo, en los verdaderos hacedores de la vida política, creando problemas, solucionándolos o desarrollando iniciativas que, en la soledad de los despachos, serian imposibles. Y todo ello con tal enredo que lejos de hacer honor al “transparente” que pregona el presidente manchego, sumen a la parroquia en un total desconcierto.

Un ejemplo cristalino es el de las relaciones, por llamarlo de alguna manera, entre el alcalde de Santander y el presidente regional. Que no se caen simpáticos es evidente, que no se les paga por ser amigos también.
Porque resulta gracioso que las malas pulgas entre ellos sean la causa de, llamémosle, ciertos retrasos en la puesta en práctica de nuestros derechos y servicios, por no decir que por culpa de su mal rollo nosotros pagamos los platos rotos (concretamente setenta y dos mil y sesenta y ocho mil euros respectivamente, tres veces más de lo que cobra un obrero industrial de Torrelavega en un año y hace su curro sin rechistar).
El caso es que su falta de acuerdo y sintonía ha tenido que resolverlo esta semana Ana Rosa Quintana, lo cual ha sido más práctico que tener que ir todos los santanderinos a cantar las mañanitas a Puerto Chico y Becedo, o que tener que montarles una cita a ciegas.
Empezó la última batalla Iñigo, que será que no le cogen el teléfono o hay huelga de Telefónica, así que al hombre no le quedó otra que acudir a la prensa para llorar en su hombro.

Que si Miguel Ángel no me quiere, que si no me hace la rotonda, que si el estatuto de capital. Parece que tanta queja le traía al pairo al de Polaciones, pero fue mentar al gobierno y se armó. Iñigo acusaba al gobierno central de falta de coherencia y arbitrariedad (ahora se entera), porque la última rectificación de las correcciones de una enmienda que modificaba la limitación de endeudamiento municipal había dejado fuera a Santander.
Bueno, como se puso Miguel Ángel. Se fue a los estudios de Ana Rosa (porque hace pluriempleo con la radio y la tele) y comenzó a rajar. Que si Iñigo es un mal gestor, que si esta muy endeudado, que si el Ayuntamiento debe un tropecientos por ciento más que el año pasado... Claro Iñigo desenvaino el alfanje y a dar goma. Total, que no nos hemos enterado de nada. Lo primero porque las cifras de endeudamiento que han dado unos y otros no coinciden, que quizá sea un problema de interpretación o que ninguno tiene ni idea del tema financiero, que será lo más probable conociendo el paño.

Tampoco nos hemos enterado porque tiene que hablar a voces en radio y televisión, con lo sencillo que seria que se sentaran en una mesa con una calculadora y un folio, y resolvieran NUESTROS problemas, para variar. Porque ya tiene delito que Miguel Ángel se vaya a Madrid para decirle por la tele cuatro verdades a Iñigo, y en taxi. Hombre, coges el siete y estas en un pis pas en la plaza del ayuntamiento. Y tampoco nos hemos enterado porque tras la fogosidad inicial el alcalde se la ha envainado tan rápido y le ha pedido salir a Miguel Ángel. Si, de verdad, se han pedido una cita, para entre arrumacos y carantoñas hacer las paces. Si es que son como crios. Incapaces de hacer nada sin que la prensa les de la manita.

De todas formas hay situaciones más grotescas, que de eso el partido del gobierno sabe un rato. Terciaba julio cuando la prensa regional destapó que un supermercado de Laredo iba a ser clausurado por no tener licencia. Todo normal sino fuera porque el Ayuntamiento desconocía que sabia que el supermercado no tenia todos los requisitos para abrir, por un problemilla con la confederación hidrográfica, si no no fuera porque la carretera principal de acceso a la villa había tenido cortes de trafico durante varios días para facilitar las obras de construcción del local, y sino fuera porque el alcalde había sido invitado por la cadena de supermercados a la inauguración. Con eso y con todo, el Ayuntamiento descubrió por la prensa que tenía que evitar la apertura de un mercado que no sabia que se estaba construyendo. Un fenómeno el alcalde.

Y así se escribe la historia política de nuestra región, gracias a la prensa que les recuerda, les desahoga, les reúne, les divide y les aconseja. Y es que no se que es peor defecto en un político, ser ladrón, tonto o necio.


Imagen del Diario Montañés

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