domingo, 24 de abril de 2011

El voto pasivo

Los doctrinarios del XIX ya realizaron en su momento una sutil diferencia entre el componente pasivo y activo del voto. Una distinción que no solo hacía justicia a la distinta naturaleza de ambos derechos, sino que abría la puerta a las, para su poder y su época, necesarias triquiñuelas legales que alejaran del poder a quienes, menos dotados de poder y dinero, podían así ser “discretamente” apartados de la escena política.


Los tiempos de la igualdad y universalización de la cultura y la información nos han transportado a una sociedad en que ambos lados del derecho a participar son indisolubles, regresando a una sociedad en la que todos entienden el contrato rusoniano en su plena integridad. Todos conocen, todos eligen, todos dirigen. Las elecciones de mayo de 2011 en España, sin embargo, nos revelan que quienes aspiran a dirigirnos tiene otra concepción de eso que hace dos siglos se entendía como voto pasivo. Un concepto más cercano a entregar a la población el soma de Orwell, que al esfuerzo de los elegibles por demostrar sus méritos y su compromiso con el electorado, esto es, con el pueblo al que pertenecen.

7 de marzo de 2011, reporteros de eolapaz.com, se ponen en contacto con miembros de los tres partidos con representación parlamentaria en Cantabria y en el ayuntamiento de Torrelavega. Un joven concejal popular, un candidato en las listas del PSOE y diversos miembros de la dirección y la comunicación de los regionalistas. La intención es proponerles que participen en una sección semanal de la revista. Un artículo cada siete días, en el que muestren a los lectores sus actividades de campaña, sus propuestas, su análisis de distintos aspectos de la realidad regional y que puedan, a través de la web, satisfacer los deseos de información de los jóvenes lectores de eolapaz. La idea ha surgido dos semanas antes, cuando en una reunión de la redacción de eolapaz, dos compañeros nos han contado su inquietud por conocer los mecanismos de la política, el ideario de los partidos y sus propuestas, al ser ellos futuros electores. Todo el mundo lo tuvo claro. Era una historia para contar y mostrar a nuestros lectores. Y así se les planteó a los partidos. Ofreciéndoles una plataforma con una media de 4.900 visitas diarias, principalmente estudiantes, donde hacer campaña, sin condiciones.

Tras consultar nuestros interlocutores con los dirigentes locales de sus partidos (e incluso en el caso del PP, regionales), el 24 de marzo populares y regionalistas envían su primera colaboración. En el caso popular la firma el presidente regional y aspirante al gobierno autonómico, Nacho Diego. Un resumen de una conferencia impartida días atrás, donde analiza la situación regional y muestra el esbozo de su plan de juventud. En el bando regionalista, el concejal Jesús Pérez realiza una arenga a la participación electoral, plena de voluntarismo. Desde el bando socialista, una promesa aplazada, y el silencio.

La redacción de pone en contacto con los tres partidos, trasladándoles, no solo su agradecimiento, sino la estadística de esa primera experiencia, más de mil visitas en cinco días, para cada artículo, y cuatro docenas de comentarios y preguntas que quedaron sin responder. En las siguientes semanas nada. No volvió a producirse envió alguno.

Solo nos quedaba la curiosidad de saber porque. Y a ello nos pusimos. El descubrimiento fue esclarecedor. Una causa de esta actitud estaba clara, somos una revista de críos, lo que hace entendible el comportamiento de los partidos, aunque desvela una escasa visión de futuro por parte de los políticos. Es la inmediatez de la cosecha de votos, antes que el interés por crear una sociedad informada y responsable. Ni tan siquiera el deseo de debate de los lectores fue argumento.

Pero la segunda causa del abandono fue aún más preocupante. En palabras de uno de nuestros interlocutores, que prefirió mantenerse en el anonimato, por si las moscas, los partidos, a nivel local, no poseen apenas cuadros, muchos candidatos ceden a la tentación de ir en listas, ante el agobio a que les someten sus redes personales y familiares, que convierten la petición de entrar en política, en un favor personal. Así las cosas, los miembros disponibles para menesteres como escribir en los medios, son pocos. Pocos teniendo en cuenta que debe ser alguien con cierta formación, política y cultural, para poder escribir algo legible y coherente, y con disponibilidad de tiempo, pues un reducido grupo debe multiplicarse en actos, debates de televisiones locales y notas de prensa. Y es que siempre discutimos la necesidad de que la política no debe profesionalizarse, pero ello tanbien conlleva sus riesgos, partidos mudos, extremadamente dependientes de la nomenclatura nacional. A ello hay que unir circunstancias muy particulares de los partidos, como las rutinas electorales, fuera de las cuales,cualquier novedad se les hace un mundo. Algo curioso, eso en quienes predican ilusión, novedad, avance y progreso. Y nos queda el navajeo, el cainismo. Ese sentido tan español del compañerismo y que, en este caso, nos habia llevado a que si uno de nuestro interlocutores habia dado luz verde a nuestra idea, otro se la habia cargado, más que nada para evitar que, si la idea tenia éxito, este no supusiera el ascenso del que lo apoyaba, y el arrinconamiento del que, por este motivo, ahora nos cerraba el paso. Y es que la vida es dura, más que una escalada sin oxigeno, y en un partido, puede llegar a ser cruel. Puede que en una trainera todos boguen al unísono, y en igual dirección, pero en los partidos de Cantabria, no parece tan claro.

Pero el concepto de pasividad no se agota ahí, amordazar el espíritu crítico, con más o menos malas artes, y desactivar la rendición de cuentas, suelen ser otras actitudes cotidianas.

5 de febrero de 2011. Tras una conversación previa, al final de una manifestación de protesta, Miguel Ángel Vargas, redactor de eolapaz, se pone en contacto con Javier Sainz, presidente de la asociación de afectados de El Bojar, una urbanización cántabra amenazada de derribo para ejecutar en su solar, y otros aledaños, un Plan de especial interés urbanístico (PSIR). La lucha de los dueños por defender sus legítimas propiedades, compradas y registradas legalmente, había llevado a estos a iniciar una campaña de protestas que amenazaba con su diaria presencia en la prensa regional, y en los mítines de los partidos en plena campaña electoral. 9 de marzo de 2011, cuando Miguel Ángel intenta concertar la entrevista definitiva con Javier Sainz, este le comunica que han decidido paralizar sus protestas y no hacer declaraciones, tras llegar a un acuerdo con el gobierno que preside Miguel Ángel Revilla. La amenaza ha surtido efecto. El gobierno no está dispuesto a manchar su imagen apareciendo, en plenas elecciones, como el culpable de dejar sin casa a decenas de familias de este colectivo y otros, afectados por la ley de costas y otras modificaciones urbanísticas y de la estructura de propiedad, por lo que ha paralizado todas sus acciones y ha prometido un proceso de legalización de construcciones y diálogo sobre sus proyectos. La felicidad duró poco, pues una semana después, dos magistrados del TSJC revelaban que con los acuerdos alcanzados no eran válidos, y que la legalización de las urbanizaciones afectadas, por este acuerdo o cualquier ley, no podría producirse de ningún modo. Pero la bomba ya estaba desactivada.

Los antiguos tebanos planteaban sus comicios no solo como un proceso de elección de cargos y reparto de dignidades, sino como un debate sincero y abierto sobre lo que son, y lo que quieren ser, en un ejercicio de integración nacional en la política y en un ejercicio de transparencia. ¿En que lo hemos convertido nosotros?

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